El prefecto de Cáceres, Ramón de Tovar, remite copia del oficio que dirigió al Comisario Regio de la Extremadura, Francisco Amorós, dándole parte de las dificultades que hallaba para arreglar la administración y de las malas disposiciones de los empleados en la ciudad de Plasencia, pues unos emigraron y los otros hicieron remisión de sus empleos, pretextando que la junta insurreccional les tenía impuesta pena de muerte si aceptaban algún destino conferido por el gobierno de Bonaparte. Incluye una lista de los empleados que emigraron y de los que dimitieron de sus destinos, y otra de los que considera indispensables para arreglar la administración en Plasencia.

Archivo Histórico Nacional