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Testimonio de la presentación efectuada en el Casal de Suman (cerca de Nápoles) por el rey Alfonso V de Aragón y su hermano el infante don Pedro, al embajador y procurador de Juan II de Castilla y León, Fernán López de Burgos, de los puntos que contenía la paz que, en unión con los reyes de Navarra y el infante don Enrique de Aragón y su mujer, la infanta doña Catalina, habían concertado para zanjar la discordia que mantenían con el rey castellano. Se acordaba el matrimonio del príncipe de Asturias, don Enrique, con la infanta doña Blanca de Navarra, hija de los reyes don Juan I y doña Blanca; el príncipe entregaría a la infanta, en concepto de arras, cincuenta mil florines y como dote recibiría las villas de Medina del Campo, Aranda de Duero, Roa, Olmedo, Coca y el marquesado de Villena, retornando todo a Castilla en caso de que la infanta muriera antes de la boda o sin dejar sucesión. El rey de Castilla tendría que pagar al de Navarra, a la reina doña Blanca y al príncipe Carlos, una cantidad de mantenimiento y lo mismo al infante don Enrique, a su mujer, y al infante don Pedro de Aragón. Se devolverían las plazas ocupadas durante la última guerra y se permitiría el libre paso. Tenían que jurar el tratado los reyes de los tres reinos, los infantes don Enrique, doña Catalina y don Pedro, así como los príncipes de Castilla y Navarra. Lo habían ratificado el rey de Aragón y el infante don Pedro así como el rey de Castilla.