Alcance y Contenido:

En ella se prohíbe la introducción de mercancías, frutos, géneros de Francia, y la persona implicada sería castigada con pena de muerte y pérdida de sus bienes, y lo mismo en cuanto a Portugal y sus islas. Este delito debía ser considerado como crimen de lesa majestad. Se señala el plazo de dos meses para consumir todas las mercancías procedentes de Francia y Portugal, pasados los cuales se aplicaría la presente ley, salvo si se registrasen dichas mercancías. Con objeto de establecer una vigilancia, se designarían unos veedores de contrabando. Las mercancías que se aprehendiesen se venderían en almoneda pública a personas particulares. El veedor de contrabando nombraría un reconocedor, y otro la persona en cuyo poder estuvieran las mercancías para dictaminar el origen de las mismas. Asimismo debería cumplirse lo ya estipulado: que todos los comerciantes de estos reinos, tanto nacionales como extranjeros, tuviesen un libro de cuentas en castellano, donde asentasen sus compras y ventas, y, por último, se establece que todos los que incurrieran en este delito serían castigados con las penas establecidas por esta ley.