Alcance y Contenido:

Incluye copias y traslados encuadernados en pergamino.
Las capitulaciones se establecieron siendo aún niños los contrayentes, en los
palacios del rey don Carlos III, ante el secretario de éste y notario Sancho
Sánchez de Oteiza, fijando el matrimonio para cuando tuviesen la
edad competente para ello, habiendo de dar el Rey en dote a su hija cierta cantidad de florines de oro del cuño de Aragón, pagados en el tiempo de la solemnización
del matrimonio, para comprar con ellos heredades en el reino de Navarra; eso
se haría quince días antes de firmarse el matrimonio, y la entrega de los florines
habría de hacerse a dos personas, una nombrada por el Rey y otra por
Diego López, para que hiciesen las gestiones de compra de tierras y heredades.
Diego López, por su parte, daría a su hijo Iñigo Ortiz, el día de la solemnización
del matrimonio, la misma cantidad de florines, que habrían de invertirse en
lo mismo que los del Rey dados a su hija, y le haría donación de las villas de
Estúñiga (luego Zúñiga) y Mendavia, en Navarra, y de Clavijo, Baños de Río
Tobia, Bobadilla y Huércanos en la Rioja. Además, cuando fuese publicado el
matrimonio, enviaría a su hijo Iñigo al Rey para que se formase en su reino. Iñigo Ortiz había de dar a doña Juana en arras 5000 florines de oro, y
ocho días antes de firmarse el matrimonio dos personas ordenarían y harían todos
los contratos del caso.