Alcance y Contenido:

Informa del problema surgido por una real aprobación de permitir el uso de una puerta para salir al campo en un solar comprado junto a la Puerta de Santa Bárbara para que pueda pasar el ganado de cerda. Esto originaba que tuviera que pasar por las calles, con el consiguiente perjuicio de la limpieza y aseo de las mismas, pasando esto con otras personas. El rey no concedió dicho permiso para usar la puerta, sino que resolvió cerrar todas las puertas que tuvieran particulares y comunidades en las tapias de Madrid, alegando cada uno lo que tuviera que presentar. Para las comprobaciones de quienes eran dueños de las puertas, Leopoldo de Gregorio Masnata, marqués de Esquilache, mandó al gobernador interino que hiciera una lista de propietarios para que estos presentaran los privilegios ante la Superintendencia General de Hacienda. Una de ellas que era de [Cristóbal Gregorio Portocarrero, V] conde de Montijo, tenía dos puertas, una a las Vistillas y otra al barranco llamado San Francisco, junto a otra perteneciente al duque.