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Informa sobre el socorro anual de los presidios de Barlovento para la Hacienda Real sobre todo de la Florida, estando su apoderado para comprar harinas y ropa para los soldados del presidio, pagándoles su sueldo. Llegando una notificación del gobernador Diego de Quiroga Losada indicando la falta de medios que ni para misa había vino, cera ni aceite, pidiendo ayuda para la cobranza y el envio de una fragata, siendo apoderado Alonso Díaz Mejía, con el pago de libranzas del gobernador, con el tesorero de la real caja Tomás Menéndez Marqués, pagando en lugares donde hacía menos falta como en La Habana y Campeche, solicitando que no se retrasaran los bastimentos, dinero y ropa, indicando al apoderado que fletase una embarcación para ello y que fuera Miguel González de Figueroa, contador oficial real de las cajas para el pago. También hace referencia a la necesidad de saber los presidios, su calidad y cantidad de géneros para vestuario y bastimentos que realmente hacía falta para que no hubiera problemas y cuyo apoderado hicieran las compras que indicaba el gobernador, realizándolo anualmente.