Carta y peticiones del Cabildo secular de Manila
FILIPINAS,27,N.21
1590-06-24
Unidad Documental Compuesta
ES.41091.AGI/24//FILIPINAS,27,N.21
Archivo General de Indias Gobierno Audiencia de Filipinas Cartas y expedientes del cabildo secular de Manila
Consejo de Indias (España)
Carta de la ciudad de Manila: Juan de Argumedo, Juan Ezquerra, Luis Enríquez de Guzmán, Antonio de Cañedo, Antonio Garrido de Salcedo, Francisco Ochoa de Salinas, Diego Hernández Victoria, sobre varios asuntos: agradecimiento por la supresión de la Audiencia y el haber nombrado a Gómez Pérez das Mariñas; llegada de buen socorro de gente. Piden que las mercedes que se concedan a la ciudad vayan en cédula aparte para que éstas lleguen a sus manos. Remiten un memorial en que hacen relación de las necesidades que hay en aquellas islas. Informan favorablemente sobre los franciscanos descalzos, y suplican se envíen más religiosos de esta orden, como pedirá en España fray Diego de Oropesa, uno de los primeros que llegaron a Filipinas. Se ha provisto como deán de la Catedral a Diego Vázquez de Mercado, para quien piden alguna merced. (Cat. 3696)
Acompaña:
- Memorial de las cosas que suplica la ciudad de Manila: Juan de Argumedo, Juan Ezquerra, Luis Enríquez de Guzmán, Antonio de Cañedo, Antonio Garrido de Salcedo, Francisco Ochoa de Salinas, Pedro de Brito: que se le den como bienes de propios la alcaicería y que los alcaldes tengan jurisdicción en ella; que se prorrogue el diezmo del oro y plata por 50 años y la merced de pechos y alcabalas hasta 100 años; que los españoles puedan comprar los esclavos que tienen los naturales; que se quite el almojarifazgo que impuso Gonzalo Ronquillo; que se mande respetar lo que está ordenado sobre preferir a los vecinos más antiguos en los oficios y encomiendas que se concedan; que los encomenderos no paguen diezmo del oro que dan los indios de tributo; que los naturales paguen su tributo en productos de la tierra; que las naos de esa carrera sean del rey y no de particulares; que los capitanes y maestres de las naos sean vecinos de Filipinas; que se permita el comercio entre Manila, Maluco, Malaca y otras partes pero sin permitirlo a los de México o Perú; que los oficios del Cabildo puedan renunciarse en hijos y yernos sin coste; que los gobernadores den traslados de las cédulas que traen al Cabildo, para que se sepan las mercedes que se conceden; que la especias que los soldados españoles reciben de limosna de los del Maluco por el socorro que les prestan, las puedan pasar libremente a Nueva España. Sin fecha.