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Carta de los oficiales reales de Filipinas: factor y veedor Francisco de las Misas, contador Juan de Bustamante y tesorero Ventura de Santillán, sobre varios asuntos, divididos en 19 puntos: cobro de lo que se ha de descontar del salario del gobernador Francisco Tello, por deudas, y distintos envíos que se han hecho en años sucesivos desde 1599, resultando un total de 28.032 pesos; que murió sin dejar bienes, aunque por su testamento se deduce que tenía mucha hacienda; también debe dinero a la Caja Real de Filipinas por todos los géneros que sacó de los reales almacenes, sin pagarlos. Refieren otras irregularidades de Tello durante su gobierno: se quedó con 10.000 pesos que envió el conde de Monterrey para hacer artillería; se apropió de todo el dinero que S.M. ordenó pedir a españoles y naturales de esas islas para ciertos socorros y necesidades, y hurtó algunas cantidades más. Competencias de jurisdicción con la Audiencia; cobros ilegales de Real Hacienda y fraudes de distintos tipos. Protestan porque no tienen casas adjudicadas para vivir, como otros oficiales de las Indias; tras el incendio de Manila, en tiempos de Gonzalo Ronquillo, se hicieron unas en piedra, pero los oidores de esa Audiencia las ocuparon, y el gobernador Tello incluso las ha convertido en caballerizas y aposentos de sus criados. Ellos viven en casas de madera alquiladas, donde tienen los papeles de su oficio, y van a ensayar el oro a casa de un platero. Sigue existiendo peligro de incendio, porque el año pasado se quemó la mitad de la ciudad, empezando por los reales almacenes, y éstos se han vuelto a cubrir de paja. Suplican que se les adjudique unas casas donde vivir y tener las dependencias de sus oficios. (Cat. 6386)