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Carta de los franciscanos descalzos de Filipinas: fray Bernardo de San Marcos, provincial; fray Cristóbal del Castillo, fray Francisco de San Diego, fray José de Santa María y fray Juan de Aragón, definidores; y fray Manuel de Santa María, custodio, dando cuenta de que envían por procurador a fray Francisco de la Concepción; de que el obispo de Camarines les reclama unos ministerios que poseen desde su entrada en Filipinas. Agradecen que por una real cédula se haya ordenado que se les devolvieran los hospitales de los que fueron despojados por el gobernador Hurtado de Corcuera, pero sólo se les han devuelto algunos, y critican que se hayan encomendado otros a los hermanos de San Juan de Dios, por lo que piden que se devuelvan todos los hospitales a los franciscanos. Necesitan más religiosos en esas islas y para atender las nuevas misiones de China y Cagayán. Avisan de un terremoto que provocó la ruina de todos los edificios de Manila, y piden limosna para reedificar el convento.