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Real Cédula al gobernador de Filipinas, contestando su carta de 24 de julio de 1757, y previniéndole que no debió recibir al embajador del sultán de Joló por no haber cumplido éste, como había ofrecido, con la remisión de los cautivos que tenía en su poder. Se le ordena que en adelante no admita de ningún modo semejantes embajadas. Se considera que el sultán Muhamad Miruddin envía embajadas sólo para instruirse sobre el estado de los españoles y sus defensas, aparte de que el recibimiento que se les ha hecho es demasiado costoso. Se aprueba que no le remitiese los 10.000 pesos, armas y artesanos sangleyes que pidió, y que no le permitiese el comercio que solicitaba