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Real Cédula al marqués de Mancera, virrey de Nueva España, comunicándole que ha sido informado sobre los inconvenientes que resultan, para la defensa y seguridad de la provincia de Nueva Vizcaya, que el gobierno militar de ella esté dividido, corriendo a cargo del virrey la provisión de las plazas de los presidios de Sinaloa (con un capitán y 45 soldados), Cerro Gordo (un capitán, 24 soldados y una plaza para un indio que hace de espía) y San Sebastián (un capitán y 6 soldados), con 350 pesos de sueldo anuales cada uno; y del gobernador de Nueva Vizcaya los de Santa Catalina y San Hipólito (con un capitán, 9 soldados y 30 hombres de campaña cada uno), con 450 pesos de sueldo anuales cada uno, manifestando los gobernadores que no tienen gente suficiente para la defensa, ya que la de los presidios que están bajo las órdenes del virrey no le obedecen, ordenándole por la presente Cédula que informe del estado y forma en que están estos presidios y cómo se gobiernan, y si conviene la agregación de todos bajo la jurisdicción del gobernador de Nueva Vizcaya, o si de ello podrá seguirse algún inconveniente.