Extracto del capítulo de la Liga Católica que se concluyó en Mónaco el 10 de julio de 1609.
ESTADO,2798,Exp.21
1609-07-10
Unidad Documental Simple
ES.28079.AHN//ESTADO,2798,Exp.21
Para crear una unión de estados católicos, como contrapartida de esta Unión protestantes, Maximiliano I de Baviera inició negociaciones con otros príncipes católicos. De esta manera, el 10 de julio de 1609, reunidos en Munich, se formó la Liga Católica Alemana "para la defensa de la religión católica y la paz en el Imperio". La regulación más importante de la Liga fue que los conflictos tendrían que ser resueltos de acuerdo a las leyes del Imperio o, si éstas no lo lograban, lo haría la propia Liga. Además, en caso de ser atacado uno de los miembros este sería defendido por el resto. Como presidente de la misma se eligió a Maximiliano I a condición de que como co-presidente fuese el Arzobispo de Maguncia.
El 10 de febrero de 1610, los representantes de todos los estados católicos importantes, a excepción de Austria y Salzburgo, se reunieron en Würzburg para decidir la organización, financiación y armamento de la Liga. Este fue el verdadero comienzo de la Liga Católica. Sin embargo, el problema principal de la Liga fue la falta de preparación de sus miembros. En abril de 1610, aún no habían sido pagadas la contribuciones de todos sus miembros y Maximiliano amenazó con renunciar. Para evitar que lo hiciera, España y el Papado prometieron una contribución adicional. Sin embargo, la diferencia entre sus miembros y Austria pusieron en riesgo la propia existencia de la Liga.
Ante el inminente inicio de la Guerra de los Treinta Años, el emperador, en busca de ayuda, trató de restaurar la Liga. Con este objetivo en una reunión de varios de los príncipes eclesiásticos a finales de 1618 se decidió reconstruir la Liga en su base original. Estaría compuesta de dos grupos: el distrito del Rin, bajo la presidencia de Maguncia, y una segunda al sudeste, presidida por Baviera; la tesorería y el mando militar se considerarían por separado. Como comandante en jefe se situó Johann Tserclaes, conde de Tilly.
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