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La alcalde de Valcadecañas recibió el aviso de que habían robado en casa del cura del pueblo dos fanegas de morcajo que guardaba en un costal. Cuando procedió a registrar las casas del pueblo en su busca, encontró enterrados en la cuadra del acusado un cuatro trasero, dos cuartos delanteros y un costillar de carnero.

El acusado alega ante la Chanicllería que los restos encontrados en su casa se los había dado su primo Juan Francisco Toquero, vecino de Baltanás, por estar muy necesitado. Pero la carne había tomado mal gusto y decidió enterrala al no poderse comer. Igualmente, alega que el alcalde le ha acusado por venganza y resentimiento, por lo que suplica que sea liberado y todos los autos remitidos a la Chancillería.

Se dicta un auto el 4 de marzo de 1804 por el que se admite lo suplicado por parte de Juan Toquero, ordenando que sea liberado, se remitan los autos a la Sala y se informe sobre dicha causa, siendo despachada real provisión el 24 de ese mismo mes.

Pleito olvidado. Escribano Agustín de Pedrosa Abad.