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Jacoba Usategui era demente y su padre Pedro de Usategui, cirujando en Arévalo, le había conferido el cuidado y custodia de su hija. El cuerpo fue encontrado por su propio marido colgando de la viga de un cuarto, tras ser avisado por su hijo de que la puerta de su casa estaba cerrada.

La justicia de Almarza da cuenta de la muerte violenta de Jacoba Usategui al corregimiento de Soria el 15 de junio de 1815.

El 3 de julio de 1815, la justicia de Soria remite testimonio de la causa a la Chancillería de Valladolid, donde el día 13 de ese mismo mes se ordena que sea dicha justicia quien continúe con la causa.

Dicha justicia dictará su auto definitivo el 25 de septiembre de 1815, condenando al pago de las costas al acusado por haber ocultado parte de los hechos y a los alcaldes de Almazar por haber obrado indebidamente en la formación de las primeras diligencias.

El 27 de septiembre de 1815, la justicia de Soria remite sus autos a consulta por parte de la Chancillería, donde quedan retenidos y el 31 de mayo de 1816 se condena al acusado a dos años de trabajos públicos en Burgos y al pago de todas las costas, y a los alcaldes de Almarza al pago de 50 ducados cada uno de ellos.

El auto de la Chancillería es suplicado por Francisco Bartolomé y más tarde solicita ser incluido en el último Real Indulto adjuntando el perdón de su suegro. Finalmente, por auto del 13 de diciembre de 1816, es indultado, dictándose certificación al día siguiente.

Pleito fenecido. Escribano Enrique López Julián.