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Este tratado se firmó como consecuencia del paso por Italia de un ejército francés dirigido contra el estado de Milán y que se había detenido en los estados de Víctor Amadeo, duque de Saboya, para obligarle a poner en manos del rey de Francia dos de sus principales plazas.

El conde de Fuensalida, gobernador y capitán general de Milán, en nombre del rey de España, y el conde de Brandis en el del duque de Saboya, acuerdan una alianza en la que se establece una liga defensiva donde ninguna de las dos partes pudiese hacer un tratado con Francia sin el consentimiento de la otra. Se obligaban ambos a la defensa de los estados de Milán y Saboya. Siguen una serie de artículos detallando el número de tropa, caballería, piezas de artillería, que tendrían preparadas en Milán y Turín y emplearían para la defensa común, solamente en caso de agresión.

Se puntualizaba también la forma de suministrar los víveres y municiones para la tropa.

Aunque esta liga era en un principio defensiva, si el ejército francés empezase a obrar hostilmente en el estado de Milán o en los de Saboya, se convertiría en ofensiva y en este caso se podría recuperar de los franceses las plazas de Pinerolo y Gassel para Saboya y España respectivamente.

El conde de Fuensalida se obligaba a proporcionar en el estado de Milán cuarteles de invierno a las tropas del duque de Saboya para apoyo del Piamonte.