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El gobernador capitán general de Cuba propone segregar la Inspección de Telégrafos de la General de Obras Públicas y nombrar para que la desempeñe al subinspector de Telégrafos de la Península, Enrique de Arantave y Bellido, que había solicitado plaza en la isla. Se le nombra en 16 de marzo de 1861.
Declarado cesante por reforma en 1864, en 20 de junio de 1866, se le nombra subinspector del Cuerpo de Telégrafos de Cuba y por Real Orden de 25 de mayo del año siguiente, inspector de dicho Cuerpo en la plaza creada por el Reglamento recién aprobado.
Solicitud y concesión de licencia para contraer matrimonio con María de la Concepción Nenninger y León.
Por Real Decreto de 20 de agosto de 1870, se le concede una encomienda de número de Isabel la Católica.
Incluye: siete hojas de servicios; una hoja de la Gaceta de La Habana de 6 de febrero de 1864 con la nueva plantilla del Gobierno Superior Civil de la isla, que contiene su designación como jefe de sección del Cuerpo de Telégrafos; y una esquela mortuoria del mencionado funcionario.
Lleva unido el expediente instruido en 1866 (registrado en Fomento con el número 246 de ese año) solicitando autorización para publicar una revista de ciencias.