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Esta serie está formada por los registros de los valimientos que la Real Hacienda realizaba en un perído determinado.
El valimiento era una contribución extraordinaria que se imponía sobre las rentas y bienes de los súbditos, para atender a necesidades urgentes de la Corona y que consistía, en definitiva, en la recuperación por parte del erario público, de una parte de las rentas que habían sido dadas o enajenadas a particulares.
Según el diccionario de Hacienda de Canga Argüelles existían tres tipos de valimientos: los de mercedes, que consistían en una contribución que gravaba las cantidades que pagaba la Hacienda por las numerosas y diferentes gracias concedidas; los de salarios de ministros, que gravaba estos ingresos en porcentajes diferentes, según los momentos; y los valimientos de oficios, que son los que se recogen, de forma mayoritaria, en esta serie.
Los valimientos de oficios comenzaron a cobrarse en 1706 y consisitían en el pago de una cantidad por la confirmación o renovación obligatoria de las rentas y oficios enajenados de la corona que tenían muchas personas. En 1799 se ordenó que todos los dueños de oficios enajenados presentasen los títulos de los mismos en el Consejo de Hacienda, a fin de proceder a una nueva confirmación de los mismos mediante el pago de un nuevo valimiento, que se fijó en la tercera del valor en que se tasaran. Su importe se aplicó a las cajas de descuentos de vales reales. este hecho explica que estos registros se encuentren entre la documentación que la Junta Suprema de Reintegros recogió para su trabajo, ya que muchos de los compradores de Bienes Nacionales pagaron sus adquisiciones mediante la entrega a la Hacienda de estos vales, con el fin de disminuir la deuda pública, de manera que la negociación de estos vales se convirtió también en uno de los objetos de investigación de la Junta.