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Los once libros de los inventarios de causas criminales de la Sala de Alcaldes de Casa y Corte constituyen una relación de las causas criminales pasadas ante dicho tribunal entre los años 1542 y 1789 y que se custodiaban en el Archivo de esa institución.
En el año 1761 Victoriano, Francisco, Cándido y Juan José Gómez Ortega, granadinos, presos en la Cárcel de Corte recurrieron con un memorial a Andrés de Valcárcel Dato, gobernador de la Sala de Alcaldes, solicitando que se les emplease y se les permitiese dar orden e inventariar los papeles del Archivo de la Sala, que habían sido recuperados de distintos lugares y trasladados sin ningún orden ni cuidado en 1748. El gobernador Valcárcel accedió a la solicitud de los presos que, durante sucesivos años, llevaron a cabo las tareas de ordenación y elaboración de índices de todos los papeles de la Sala de Alcaldes. En la portada de estos Inventarios de causas criminales figura así este encargo hecho por el gobernador y los años a los que corresponde el contenido de cada libro.

El fruto de este trabajo realizado por los presos en los años 1761 y siguientes fueron estos libros de registro o inventarios. En cada uno de ellos se consignó información sobre el contenido del los cajones y legajos de Archivo y se especificaron los pleitos que contenían cada uno de esos legajos. A través de estos libros tenemos conocimiento de los pleitos pasados ante el tribunal con indicación, en cada registro, del número de causa, los nombre de los acusados, el delito del que se les acusa y en ocasiones también información sobre las apelaciones que se siguieron.

La información que proporcionan los Inventarios de Causas Criminales de la Sala de Alcaldes es transcendental porque la documentación a la que hacen referencia estos registros no ha llegado hasta nuestros días y el único conocimiento de su existencia lo tenemos gracias a ellos. En efecto, Vicente Vignau, en su Discurso de ingreso en la Academia de la Historia, en 1898, informa de que toda la documentación de esta institución anterior al año 1700 se había vendido al peso de modo que era muy escasa la que había llegado a la custodia del Archivo Histórico Nacional.