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Hace historia del asunto desde la resolución de 11 de junio de 1787 con los oficios que, en 1822, el jefe político de la ciudad y provincia de Valencia libró a los pueblos de Alfafar, Sedavi, La Corona, Masanasa, Benetuser y al ayuntamiento y propietarios de Valencia, pasando las diligencias a Tomás Andrés Serrano. Reunidos los representantes de los propietarios eligieron comisario al barón de Santa Bárbara y Antonio Casanova, por Valencia, y a Francisco Martí y Vicente Blanch, par comisarios de los pueblos; por peritos arquitectos, a Cristóbal Sales y Mariano Cabrera, y por peritos agrimensores, a Vicente Casanova y Tomás Coltell. No aceptando uno de los peritos, se nombró en su lugar a Joaquín Tomás Sanz. El deterioro de los cultivos de arroz en la Albufera por la disminución de las aguas hacía preciso un nuevo proyecto o reglamento, que se redactó en diez capítulos y que se copia. Dice que la Albufera es propiedad de la casa real desde la conquista por Jaime I, pero también hay en las inmediaciones otros propietarios que cultivan el arroz, con real concesión, entre ellos el marqués de San Joaquín y el marqués de Tremolar. Habla del reconocimiento practicado por el intendente en 19 de julio de 1826 y de las tierras que posee en Alfafar el marqués de Benemejis. Adjunta oficios del Calomarde al decano del Consejo Real en 12 de febrero de 1829.