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1680
Martín de Solís Miranda, fiscal de la Audiencia de México, remite al Consejo los autos de los bienes y expolios de Fray Tomás de Monterroso, obispo de Oaxaca, y de una demanda de cierta cantidad de marcos de plata que se halló sin quintar. En 1681, el mismo fiscal, remitió lo actuado por Nicolás del Puerto, obispo de la iglesia de Antequera, en razón de descubrir bienes de dicho expolio y resultaron culpados Pedro de la Puebla, corregidor de Oaxaca, y los prebendados diputados por la Santa Iglesia, Andrés González Calderón, arcediano, Pedro de Otalora Carvajal, el deán Gonzalo Domínguez Guerra, el canónigo Jacinto de Edesa y Fernando Ortíz de Sepúlveda, escribano ante quien se actuaron los inventarios. También se procedió contra Francisco Vela López del Castillo, regidor de la villa de Madrid, y Juan Infante de Olivares, vecino de Cádiz, sobre que diesen cuenta de los caudales pertenecientes a dicho obispo que estuviesen en su poder. Fenecida en 1694.
(2º legajo)
4 piezas