Los orígenes del Partido Nacional Socialista alemán se pueden situar en la derrota alemana tras la I Guerra Mundial. La frustración se tradujo en la aparición de distintos grupúsculos de extrema derecha entre los que se encuentra el Partido Obrero Alemán, creado en Munich en 1919 y renombrado al año siguiente como Partido Obrero Nacionalsocialista Alemán.

Un año despúes, en 1921, Adolf Hitler es elegido presidente del partido. Es en este momento cuando se cambia de nuevo el nombre del partido por el definitivo de Partido Nacional-socialista alemán de los trabajadores.

En 1923 intentan un golpe de estado en lo que se conoce como el Putsch de Munich. El fracaso de éste pronunciamiento lleva a Hitler a la carcel durante 13 meses, periodo en el cual escribe Mein Kampf (mi lucha)

La crisis económica de 1929 deteriora la aun precaria situación económica de Alemania, con un aumento de la miseria y el paro. Esta situación es utilizada por los nazis para expandir su presencia: alcanzan los 800.000 afiliados en 1931, que se tradujo en un aumento de su representación electoral del 2% en 1928 al 45% de 1933.

El éxito del Nacional-socialismo hay que buscarlo en que la mayoría de sus electores lo consideraban un movimiento patriótico en un momento en el que Alemania atraveasaba una época desastrosa, se creía que daría un orden firme y seguro que permitiese al país salir de la crisis. La derecha tradicional ve en el nazismo un instrumento contra la izquierda obrera (socialistas y comunistas), sobre todo gracias a sus organizaciones paramilitares: la Sturmabteilung o SA y las Schutzstaffel o SS.

Creyendo que podrían manipularlo lo proponen como jefe del gobierno en 1933. Poco despúes de acceder disuelve el parlamento y convoca nuevas elecciones. Durante éste periodo aumenta la persecución de antifascistas, que culmina con el incendio del Reichstag (seguramente provocado por los propios miembros del Partido Nazi) el 27 de febrero. Hitler aprovecha la situación para acusar a los comunistas del ataque. Para poder actuar contra los comunistas consigue que Hinderburg, presidente de la República de Weimar, firme la suspensión de las libertades individuales del ciudadano.

En éste contexto se producen las eleciones que otorgan al partido nazi la mayoría simple de votos, que se convierte en absoluta con el apoyo de los miembros del nacionalista Partido Nacional del Pueblo Alemán (DNVP). Desde entonces el partido nazi comienza a aplicar su programa político extremista:

Aprobación de la Ley de Plenos Poderes el 23-24 de marzo de 1933, por lo que vacía de funciones el parlamento alemán.

Creación del Ministerio de instrucción pública y propaganda, dirigido por Joseph Goebbels.

Control de la administracion civil y militar mediante el juramento de fidelidad al Führer

Establecimiento de mecanismos de vigilancia y control sobre jueces y tribunales, lo que elimina su autonomía.

El uso de la violencia a través de sus grupos paramilitares como método político que se culmina con la organización de una policía secreta: la Gestapo, dirigida por Heinrich Himmler. Nisiquiera algunos de los miembros más destacados del propio partido se libra. En la Noche de los Cuchillos Largos se elimina cualquier colaborador que pudiera hacer sombra al poder de Hitler, se eliminan las SA y se contenta al ejército, que no veía con buenos ojos la existencia de ésta estructura paralela al poder militar.

Finalmente se prohiben y persiguen todos los partidos políticos y sindicatos. Sólo el Partido nazi y el Frente Alemán del Trabajo pueden existir como partido y sindicato respectivamente desde el 1 de diciembre de 1933. El 20 de agosto de 1934 fallece Hindemburg y Hitler es proclamado Führer (líder, guía) y Canciller del Reich.

De forma paralela el partido Nazi implanta su ideología respecto a su intepretación de la raza alemana como una identidad suprema cuya pureza se encuentra amenazada por la mezcla de otras inferiores. Por lo tanto es necesario purificarla sobre todo de sus principal enemigo: Los judíos. Según Hitler, éstos forman los cuadros dirigentes del capitalismo del comunismo, unidos en una conspiración contra la raza aria alemana. El partido y su jefe, Hitler, tienen la misión histórica de eliminar ésta conspiración y a este enemigo. Esta eliminación se legislará a través de las restrictivas leyes de Nuremberg en 1935 contra los judíos. A raíz de éstas leyes la presión contra la comunidad judía aumenta, dándose lugar pogroms, entre los que destaca la noche de los cristales rotos en 1938. Finalmente se crean los distintos campos de concentración en lugares ocultos o reservados de Alemania, donde más de 5 millones de personas entre judíos, antifascistas y gitanos perecerán por el trabajo forzado o ejecutadas hasta 1945.

En cuanto a la política exterior, el partido nazi lleva a cabo una agresiva campaña contra lo que consideraba soviets y democracias corrompidas, en busca de un "espacio vital" para el pueblo alemán, algo que a la larga provocará el estallido de la Segunda Guerra Mundial. En 1945, tras la derrota alemana y el suicidio de los principales dirigentes el partido fue disuelto y prohibido.