Persona
Fernández Manrique de Lara, Luis (ca.1525-1585)Otras formas
1525 - Monzón (Huesca, España) 1585-10-25
Marqués de Aguilar de Campoo, conde de Castañeda, señor de los valles de Toranzo, Buelna, Iguña, Rionansa, Tudanca, San Vicente, de las merindades de Peñarrubia y Peñamellera, del honor de Sedano y de las villas de Piña, Cartes, Abia, Santillana y Villalumbroso.
También, canciller mayor, pregonero mayor de Castilla, cazador mayor, consejero de los consejos de Estado y Guerra, capitán general del principado de Cataluña, comendador mayor de Socuéllamos, Yeste y Taybilla, caballero trece de Santiago, capitán de hombres y de armas del hábito de Santiago y patrono de la colegial de San Miguel de Aguilar.
Hijo de Juan Fernández Manrique de Lara Pimentel, III marqués de Aguilar, y de Blanca Pimentel de Velasco, hija del conde de Benavente, nació hacia 1525.
El IV marqués disfrutó de la confianza del emperador Carlos V. En la década de los cuarenta, siguió al séquito del emperador en alguno de sus viajes, como el que propició la firma en 1544 de la paz de Crépy con Francia, por la que los franceses renunciaban a sus aspiraciones en Nápoles, Flandes, el Milanesado y Artois a cambio de mantener la soberanía sobre Borgoña. Ese mismo año de 1544, Luis se intitulaba conde de Castañeda con consentimiento de su padre, Juan Fernández Manrique de Lara y por merced del emperador. Más tarde, cuando las Instrucciones de Carlos V de 1548 determinaron que su hija María casase con Maximiliano, asegurando así la continuidad de la alianza familiar y que los Países Bajos quedasen para su hijo Felipe, Luis acompañó a Carlos y a Felipe a Flandes en calidad de capitán de gentes de guerra.
De igual manera, el IV marqués disfrutó del favor de Felipe II. En 1554, siendo este aún príncipe de Asturias, fue uno de los elegidos para acompañarle hacia Inglaterra para su casamiento con la reina María. También acompañó a Felipe II en las jornadas de Flandes, Inglaterra y Guadalupe demostrando su capacidad militar y diplomática. Fue enviado en misión ante el papa Pío V para felicitarlo por su elección y con el intento de dilatar cualquier acuerdo de las fuerzas cristianas en el Mediterráneo contra el imperio Turco y sus aliados, en especial mientras Francia tratara de formar parte de la coalición, que finalmente se formaría en 1570. En 1574 fue junto con el obispo de Salamanca el encargado de trasladar los restos de la reina Juana desde Tordesillas hasta El Escorial. En 1585 acompañó a Felipe II a Zaragoza donde se celebró la boda de la infanta Catalina Micaela con Carlos Manuel, duque de Saboya.
Acometió las obras necesarias para ampliar el palacio de la familia en la villa de Aguilar. Continuó pleiteando contra el ducado del Infantado por el valle de Liébana y Campo de Suso.
En 1546 se otorgaron las capitulaciones para su matrimonio con Ana de Mendoza Aragón, hija de Íñigo López de Mendoza, IV duque del Infantado y de Isabel de Aragón, pariente del infante Enrique de Aragón.
Fueron hijos del matrimonio:
1º Juan, quien murió en Madrid en 1573 sin haber tomado estado.
2º Íñigo, que siguió la carrera eclesiástica y murió joven en Salamanca.
3º Bernardo, que continuó la línea. Casó con Antonia de la Cerda Aragón, hija de los duques de Medinaceli.
4º Luis, quien fue caballero de Alcántara y casó en 1590 con Francisca de Zúñiga Ávila, nieta y heredera del marqués de Mirabel; no hubo sucesión. Pleiteó contra Bernardo por la partición de bienes del IV marqués.
5º Blanca, que casó en primeras nupcias con Luis Jiménez, IV conde de Aranda, y en segundas, con Pedro Álvarez Osorio, marqués de Astorga; con sucesión de ambos matrimonios.
Tuvo al menos un hijo natural:
1º García Manrique, monje descalzo en el monasterio del Ángel Custodio de Alcalá de Henares, que dejó los bienes que su padre le dejó en testamento a Luisa Garay, su madre.
Falleció el 25 de octubre de 1585 víctima de una epidemia de tifus en Monzón, donde se celebraban las cortes de Aragón y a donde había llegado formando parte del séquito de Felipe II. Había otorgado testamento en dicha villa el 18 de octubre de dicho año en el que dejaba a su hijo Bernardo, conde de Castañeda, como el sucesor de la línea y pedía ser enterrado en la colegiata de Aguilar de Campoo, de la que era patrono y en la que más tarde, en 1613, a expensas suyas se realizó un coro con sillería de nogal. El 30 de noviembre de 1585 se realizó la tasación definitiva de los bienes dejados.