Duque de Brunswick y príncipe de Wolfenbüttel, nació en el castillo de Wolfenbüttel siendo hijo de Enrique IV de Brunswick- Lüneburg. Su apoyo al recién coronado Carlos V le reportó beneficios en su disputa con el príncipe- obispo de Sajonia quien le hubo de ceder extensos territorios en Wolfenbüttel. Permaneció leal al emperador durante la guerra de los campesinos y le ofreció ayuda militar con motivo de la Guerra de la Liga de Cognac contra Francisco I de Francia. Si bien es cierto que manifestó simpatías hacia la Reforma Protestante, mantuvo su obediencia a la fe católica y se opuso a la conversión al luteranismo de una de las ramas de su familia. Su estado se vio afectado por el conflicto entre los príncipes protestantes y católicos del Imperio y de hecho, tuvo que huir a Baviera. Solo la victoria de Carlos V en la batalla de Mülhberg logró que fuera reinstaurado en sus dominios. No obstante, finalmente acabaría por convertirse al protestantismo. Se casó en primeras nupcias con María de Württemberg, con quien tuvo ocho hijos; y en segundas nupcias con Sofía Jagellón, hija del rey Segismundo I de Polonia. Su heredero fue el duque Julio de Brunswick- Lüneburg.