Primera universidad de la Corona de Aragón. Las autoridades locales ilerdenses solicitaron la constitución de un Estudio General a Jaime II quien logró, gracias a sus gestiones, la bula de autorización por parte de Bonifacio VIII en 1297; en la misma, se le concedían los mismos privilegios que al Estudio General de Toulouse. En su privilegio fundacional (1300) se le concedía la facultad de impartir Derecho Canónico, Derecho Civil, Medicina, Folosofía y Artes. Hasta 1430 no estuvo facultada para impartir Teología.

Nace con vocación de Universidad Común de los territorios de la Corona de Aragón y, por ello, la elección de Lérida como ciudad de frontera entre el reino aragonés y el principado de Cataluña aparecía como la mejor opción. Su vocación integradora se manifestó en la elección anual del rector, rotando entre los diferentes reinos de la Corona; asimismo, el Consejo de Estudio, órgano de gobierno y representación, estuvo formado por nueve miembros, tres de cada uno de los reinos. En determinados aspectos mantuvo la impronta bajo- medieval durante la mayor parte de su trayectoria: autogobierno de los escolares, predominio de los estudios jurídicos en conformidad al canon boloñés o el control municipal. No obstante, sí que sufrió los cambios propios de los nuevos tiempos, con una mayor jerarquización interna y pérdida de la autonomía con la inclusión de la figura del maestrescuela. Ésta fue introducida a raíz de las Cortes de Monzón de 1585 y era un cargo refrendado por la Iglesia a propuesta del rey. La pérdida de exclusividad fue, también, paulatina con la creación de otros estudios generales como los de Perpiñán o Huesca y, más adelante, Mallorca (1483), Valencia (1502), Barcelona (1450, aunque efectivo a partir de 1559) o Zaragoza (1542).

El Estudio General desaparece como tal en 1717, siendo trasladada su sede a Cervera.