El triunfo de las candidaturas de orientación republicana en la práctica totalidad de las capitales de provincia en las elecciones municipales de 12-04-1931 provoco el colapso del gobierno del General Berenguer. Estas elecciones iniciaban el retorno paulatino al regimen constitucional de 1873 tras la dimisión del General Primo de Rivera en enero de 1930, pero fue planteado por el propio gobierno del Almirante Aznar, como por la prensa de derechas, como un plebiscito sobre la figura de Alfonso XIII. Confirmada la victoria de los republicanos, la mañana del día 14 fueron llamados a consultas los ministros y el propio Berenguer, mientras se recibían noticias de las proclamaciones espontáneas de la República en diversas poblaciones, como en Eibar o Alhama de Almería.

Las negociaciones entre Romanones, ministro de Estado, y Alcalá Zamora, como portavoz de los republicanos, en la casa del doctor Marañón, en las que el primero pretendía dar continuidad a Alfonso XIII con un nuevo gobierno y la apetura de cortes constituyentes, fracasaron. Los republicanos reunidos en la casa de Miguel Maura decidieron formar un gobierno provisional que se personó en el Ministerio de la Gobernación a las seis de la tarde para dar instrucciones a los gobernadores civiles y garantizar el orden público. Alfonso XIII, por su parte, reunió a su consejo de ministros una hora antes, a las cinco, finalizando una hora después. Días después se conocería su comunicado en el que comunicaba que se apartaba del poder de manera deliberada, pero sin renunciar a sus derechos que consideraba legitimado por la Historia. El rey abandonó Palacio y viajó toda la noche hasta Cartagena, llegando a las cuatro de la madrugada. Embarcó en el Principe Alfonso y zarpó una hora más tarde. La reina doña Victoria y sus hijos abandonaron Madrid el día 15 de abril en dirección a El Escorial para tomar el tren hacia la frontera francesa.