Maestro de capilla, compositor y sacerdote español.

Nació el 13 de febrero de 1902 en Borja (Zaragoza). Hijo de Manuel Ruiz Pérez y de Petra Aznar Berges. Tuvo tres hermanos, Micaela, Alejandro y otra hermana que vivió solo un día.

Inició su formación académica en las Escuelas del antiguo Convento de Predicadores. Entre 1911 y 1917, ya en Zaragoza, estudió solfeo y canto en el Colegio de Infantes de La Seo; así como teoría musical y armonía con Miguel Arnaudas, maestro de capilla de dicha catedral zaragozana, y piano con Alejo Cuartero, organista de la misma. Se trasladó a Santander en 1917 e ingresó en la Universidad de Comillas, donde cursó Latín, Humanidades y Filosofía. Además, continuó su formación en piano, contrapunto y armonía. En Comillas fue discípulo de Nemesio Otaño, director de la Schola Cantorum; agrupación coral de la que, en 1923, fue nombrado director. En 1927 finalizó el tercer curso de Teología y ganó la plaza de maestro de capilla de la catedral de Granada, cargo que ocuparía durante cuarenta años. En Granada fue ordenado sacerdote el 2 de junio de 1928, y celebró su primera misa solemne en la iglesia de Santa María de Borja.

En 1931 fue nombrado profesor numerario de Contrapunto y Fuga del Conservatorio de Granada y, al año siguiente, de Teoría Superior de la Música en la Escuela de la Sociedad Económica de Amigos del País; también formó el Orfeón de Granada. Gran conocedor de la obra de Manuel de Falla, organizó con él y Federico García Lorca los actos conmemorativos del tricentenario de Lope de Vega en 1935, programados por la Universidad de Granada. Un año después, sin éxito, intercedió con Falla ante el Gobernador Civil de Granada por la vida del poeta granadino.

Publicó numerosas crónicas en las revistas “España sacro musical” y “Tesoro sacro musical”. Mantuvo correspondencia con Luis Iruarrízaga, José Artero, Eduardo Torres, Luis Urteaga, Juan Mª Thomas o Norberto Almandoz, compositores influyentes en la reforma de la música religiosa. El arzobispo de Granada, Rafael García y García de Castro, le nombró canónigo el 5 de febrero de 1960. El sacerdote y compositor Juan-Alfonso García fue su discípulo más destacado.

Entre su producción, escribió un gran número de canciones religiosas para voz, coro y órgano como “No habrá quién pueda resistir tu amor” (1918) y “Jesús, vivir no puedo” (1922); los motetes “O cor amoris victima” (1921) y “Deus, Deus meus” (1946); el coral “O salutaris hostia (1944); “Tríptico de Navidad” (1948) dedicado a la familia Falla; el himno “Te Deum laudamus”; o la invocación “Anunciamos tu muerte” (1969). También compuso “Tres canciones españolas” (1939) para voz y piano; el madrigal “Ojos claros serenos” (1942) para coro; “Adiós Granada, Granada mía” (1943) para soprano y coro; “Paloma revoladora” (1958), “Vengo de la mar salada” (1962); y el madrigal “Spes vitae” (1963) sobre versos de Juan Ramón Jiménez, entre otras obras de inspiración popular. Se jubiló en 1968 y falleció a los 70 años, en noviembre de 1972, en Granada (España).