El colegio jesuita de San Juan Bautista se fundó en 1614 gracias al testamento dejado por Juan Escudero y Lozano, hijo mayor de Matías Escudero de Cobeña, cronista y regidor de la villa. El primogénito de la familia Escudero, que había sido párroco de la villa, deja un solar y unas casas para fundar una iglesia y un colegio que comenzó con un solo maestro de gramática.

El edificio alberga algunas lápidas funerarias de nobles de la ciudad, una de ellas la del fundador y primer protector del colegio. Las obras del conjunto se prolongaron hasta el siglo siguiente, dejando un edifico severo con muros de sillería y numerosos ventanales protegidos con rejados muy trabajados. El interior, con amplios salones y escaleras de madera, sirvió para dar clase a los jóvenes de Almonacid de Zorita hasta 1767.

La iglesia, de estilo barroco, es también de grandes y elegantes proporciones, con una sola nave franqueada con capillas laterales y un crucero sobre el que se levanta la cúpula. En la capilla destacan los escudos heráldicos de Goyeneche y marqueses de Belzunce -protectores también del centro jesuita-, los frescos del presbiterio y cuatro lienzos de arcángeles en las pecheras.

En 1767 los jesuitas abandonan las instalaciones tras la expulsión decretada por Carlos III. Actualmente el edifico alberga varios usos: la ermita de la Virgen de la Luz, un centro cultural y un centro comarcal de mayores.