Aunque la llegada de representantes del gobierno español a China se produce poco después del final de la Primera Guerra del Opio (1839-1842) y la apertura de los primeros consulados españoles en este país data de la década de 1850, el envío de representantes chinos a España es bastante posterior.

La primera visita oficial de un funcionario chino a territorios españoles se produce en 1868, en el contexto de la misión Burlingame. Encabezada por un antiguo ministro norteamericano, la misión visitó diversos países americanos y europeos, entre ellos Cuba y España.

El origen de la visita de esta misión a Cuba fue la situación de los trabajadores chinos en aquel territorio. Tras los informes realizados por la misión Burlingame en marzo de 1874 llegó a Cuba una comisión encabezada por un alto funcionario, Chen Lanbin, que en 1875 fue nombrado Embajador de China en España, aunque no llegaría a Madrid a tomar posesión de su cargo hasta mayo de 1879.

La legación china en Madrid ha tenido distintas ubicaciones: primero estuvo en la calle Ayala, después en la calle Velázquez y actualmente se encuentra en el Paseo de la Castellana.