Hospital de San Julián y San Quirce, surgido de la unión de los hospitales del mismo nombre. El Hospital de San Julián existía con anterioridad al siglo XVI. El Hospital de San Quirce, fue fundado por manda testamentaria del canónigo Jerónimo Pardo (ca.1576-?), abad de San Quirce, dignidad de la Catedral de Burgos. Pedro Barrantes Aldana, secretario del arzobispo de Burgos Alonso Manrique (1560-1612), canónigo y rector del seminario conciliar, fue su gran benefactor en la primera mitad del siglo XVII. Junto con Jerónimo Pardo, canónigo tesorero de la catedral y sobrino homónimo del fundador, promovió la construcción de un nuevo edificio, amplió su dotación y sus actividades, y mejoró su administración. Por esa razón la institución fue conocida también como Hospital de Barrantes. A la muerte de Pedro Barrantes en 1658 su gestión pasó a depender directamente del Cabildo.

El hospital estuvo especializado en enfermedades contagiosas y venéreas, y contaba con una botica destacada que suministraba a particulares y a establecimientos benéficos, al igual que el Hospital de San Juan a cargo de los benedictinos de la ciudad.

En 1808 fue ocupado por las tropas francesas y luego administrado por las juntas de beneficencia, para retornar nuevamente a manos del Cabildo que mantiene en la actualidad su primitiva función asistencial, pero reducida a residencia de ancianos. El edificio del hospital fue objeto de una importante ampliación durante los años 1748-1752 y de otra reforma a principios del siglo XX que le confirieron su aspecto actual. En el patio de entrada, una escultura de Fortunato Julián de 1945 representa a sus dos grandes benefactores del siglo XVII.

El Archivo Capitular de la Catedral de Burgos conserva documentación de esta institución, al igual que el Archivo Municipal de Burgos del tiempo en que asumió su gestión por la beneficencia municipal.