El convento de Nuestra Señora de los Ángeles, en la ciudad de Valencia, se localiza en uno de los barrios más céntricos de la ciudad, Ruzafa.

Fue fundado en 1661, por el entonces arzobispo de Valencia, don Martín López Ontiveros, sobre lo que fuera, en su origen, la finca de recreo y esparcimiento del Abal Allah al Balansi (¿-823), extramuros de la ciudad.

Para ello, Ontiveros adquiere unas casas y huertas provisionales, en la zona, mientras comienzan las obras de la fábrica del convento.

Para la fundación del convento, el arzobispo solicita a la abadesa del convento del Espasmo de Jerusalén, también extramuros de Valencia, la colaboración de esta, aportando a seis religiosas de esta Comunidad, como fundadoras.

Las religiosas del convento de Jerusalén, se instalan de forma provisional el 2 de agosto, día de la festividad de la Virgen de los Ángeles, en las casas adquiridas, junto con otras siete doncellas pretendientes, que aportaba el arzobispo.

Iniciada la fábrica del convento, con todas las oficinas e iglesia, se hizo una pequeña capilla para el culto de las religiosas, mientras se construía la que ahora tienen, y terminado el dormitorio y las dependencias más necesarias, se procedió a la erección oficial del monasterio, con el traslado e institución de las religiosas en esta nueva casa.

En 1699 se concluía la iglesia, y en ella se halla enterrado, por deseo personal, el fundador del convento, prueba de ello es la placa conservada en la misma.

Durante la guerra Civil española, el edificio sufriría las consecuencias de la misma, viendo malograda su estructura. Al finalizar la contienda se lleva a cabo la restauración del edificio y, durante esta, las religiosas se alojaron en la casa del capellán. La apertura del nuevo edificio se celebró el 1 de enero de 1947.