Saga familiar de fotógrafos dedicado a la fotografía taurina. A principios del siglo XX, Agustín González Arjona instaló su estudio fotográfico en Sevilla. Este primer Arjona transmitió la afición a su hijo, Pepe Arjona (1921-2000), con tanta fuerza que con su cámara marca un antes y un después en la fotografía taurina. Pepe Arjona comienza a documentar el arte taurino a partir de la década de los cuarenta. Su obra se publicó en las principales publicaciones de la época.

En 1979, el único hijo varón de Pepe Arjona, Agustín González Boje (1962-) se cuelga una cámara de fotos con la intención de ayudar a su padre y poco a poco se produce el relevo generacional en la casa Arjona, que se consolida en 1984.

Joaquín Arjona (sobrino de Agustín y nieto de Pepe) le da continuidad a este trabajo publicando su primera foto en el semanario taurino Aplausos con tan sólo catorce años de edad. Su trabajo ha enriquecido una de las colecciones fotográficas más importantes del toreo.

Por último, Agustín González Asuero (1989-), hijo de Agustín y primo de Joaquín, inicia su carrera profesional como fotógrafo taurino en el 2011. Es así como se ha ido conformando el archivo de la casa Arjona, con imágenes que documentan la historia de más de un siglo de tauromaquia. El trabajo de cuatro generaciones unidas por la afición a la fotografía y al toreo.