Copia del tratado de paz ajustado entre personas particulares de Francia y Flandes.
ESTADO,2776,Exp.6
1559-04-03
Unidad Documental Simple
ES.28079.AHN//ESTADO,2776,Exp.6
Los súbditos de cada parte podrían pasar a los territorios de la otra y comerciar libremente. Se suspenderían todas la cartas de marca y represalia, salvo en caso de manifiesta denegación de justicia. Los habitantes de los condados de Flandes y Artois conservarían los privilegios concedidos por los reyes de Francia y así mismo los franceses mantendrían los que disfrutaban por concesión del rey de España.
Tras la reciente muerte de la reina doña Leonor, el rey Enrique procuraría que su única hija, María, infanta de Portugal, habida de su primer matrimonio, gozara de la dote que su madre tenía en Francia.
El rey de España entraría en posesión del condado de Charolais.
Sobre las tierras en litigio entre el condado de Borgoña y el territorio francés, se nombrarían comisarios que estudiaran la división. Se restituiría al duque de Mantua el marquesado de Monferrato.
El rey de Francia restituiría a Felipe II la villa de Valenza, en el ducado de Milán, y demás territorios ocupados, y a los genoveses todas las plazas que había tomado en la isla de Córcega. Enrique II renunciaría a cualquier derecho de la villa de Montalchino y a todas las plazas de Siena y Toscana. Serían perdonados todos los que se hubieran puesto de parte del poder ocupante, fuese francés, imperial o del duque de Florencia.
Para afianzar la paz, se acuerda el matrimonio del rey de España con la princesa Isabel, hija mayor del rey de Francia, que renunciaría a la herencia de sus padres.
Para propiciar la reconciliación de Enrique II con el príncipe Manuel Filiberto, duque de Saboya, se proyecta su matrimonio con la princesa Margarita, duquesa de Berry, hermana única del rey de Francia. Quedaría para el duque de Saboya y sus sucesores el ducado de Saboya, país de Bressa, principado de Piamonte, condado de Asti y todas las demás villas y tierras que el duque Carlos, su difunto padre, poseía cuando el rey Francisco I le había expulsado de ellas, salvo algunas plazas que se mencionan.
Formarían parte de esta alianza el Papa, el Emperador de Romanos, los electores príncipes, ciudades y estados del Sacro Imperio y una larga serie de reyes, nobles y ciudades que se citan. El rey de Francia haría que el delfín ratificara este tratado, así como los parlamentos de los reinos de Francia, y también el príncipe de España.
Copia de los poderes dados por Felipe II a sus representantes y de los dados por Enrique II a sus embajadores. Copia de las cláusulas relativas a personas particulares que se habían añadido al tratado. Cláusula por la que se declaran excluidos del tratado, además de los forajidos de Nápoles, Sicilia y Milán, a Christóforo, que fue conde de Rocandolfo, y a Juan de Luna.
Concierto sobre la liberación de prisioneros.
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