Habiendo hecho relación don Miguel Duque Navarro, capitán de caballos, que su hermano, don Francisco Duque Navarro, comisario general de la caballería, le dejó según manda testamentaria 4.000 pesos, y el resto de sus bienes al convento de San Francisco de esa ciudad, el cual se apoderó de todo, ordena que se le pague el legado hecho por su hermano, con más los fletes, averías e intereses por la retardación.