El Instituto Nacional de la Vivienda fue creado por la Ley de 19 de abril de 1939 que establecía un régimen de protección de la vivienda de renta reducida. Fue creado como un organismo con personalidad independiente y con la misión de dictar normas de construcción, seleccionar tipos de vivienda y materiales, ordenar y orientar las iniciativas de los constructores y contribuir, otorgando determinados beneficios, a la edificación de casas de renta reducida procurando que se atendiera, en primer término, a las necesidades de los más humildes y a que las viviendas ofrecieran condiciones de higiene, salubridad y calidad en la construcción.

El Instituto tuvo una organización relativamente reducida y se sirvió de Corporaciones y Organizaciones del Movimiento para cumplir con su cometido. El papel del Estado era de mero supervisor sin ocuparse de la financiación, construcción o administración directa de las obras. Conforme fueron pasando los años el Instituto, que pasó a llamarse Dirección General de la Vivienda (Decreto 299/1973), fue una de las estructuras orgánicas del Ministerio de la Vivienda.