Hilda Bell nació en 1915 en Filadelfia, Pensilvania, de padres inmigrantes judíos rusos. Estudió enfermería en la Universidad Estatal de San Francisco y más tarde hizo un curso avanzado de enfermería en la Universidad de California en San Francisco a través del Hospital Langley Porter y recibió diploma de postgraduado avanzado en enfermería psiquiátrica. Se casó por primera vez en 1945, cambiando su nombre por el de Hilda Bell Kirk. Más tarde, en 1965, se casó con su segundo marido convirtiéndose en Hilda Bell Roberts. Tuvo un hijo de su primer matrimonio, y dos hijastros.

Bell salió hacia a España el día 10 de mayo de 1937 a bordo de "Normandie” como enfermera voluntaria en la Oficina Médica de Ayuda a la Democracia Española. Trabajó en el quirófano del Hospital Universitario y el Hospital Cruz Roja de Murcia antes de ser transferida a Aragón y al Frente del Ebro con la unidad del Dr. Friedman, viajando con la "Autochir", un hospital móvil que establecía unidades quirúrgicas en una variedad de ubicaciones temporales.

Bell fue repatriada y regresó a los Estados en diciembre de 1938 junto con otros voluntarios de las Brigadas Internacionales. Desde entonces, sirvió en la Segunda Guerra Mundial como enfermera del Ejército de los EE.UU. en Australia y Nueva Guinea. También permaneció activa en varias causas sociales, incluyendo los movimientos antinucleares y ecologistas, participando en el movimiento comunista, la lucha por la jornada de ocho horas, el movimiento de derechos civiles y el movimiento de la libertad de expresión de Berkeley. También se opuso a la guerra de Estados Unidos en Vietnam y a la producción de armas nucleares.

Cuando tenía más de setenta años estuvo en huelga de hambre durante veintitrés días para oponerse al embargo de los EE.UU. contra Cuba. Cada viernes por la tarde durante más de una década, ha asistido a las manifestaciones pacíficas de las Mujeres de Negro para oponerse a la ocupación de Cisjordania y la Franja de Israel.

Casi setenta años más tarde después de la Guerra Civil Española, marchando con una multitud de manifestantes que protestaban la intervención militar estadounidense en Afganistán e Irak, sonrió a los reporteros y declaró con orgullo: "Ir a España fue la mejor decisión que he tomado, junto con la de hacerme enfermera". Bell regresó a España junto con otros veteranos de las Brigadas Internacionales en 1996.

Hilda Bell falleció en Berkeley, California, el día 23 de septiembre de 2009 a los 93 años.