Príncipe de sangre francés. Hijo primogénito de Carlos de Borbón y Francisca de Alençon. Ostentó los títulos de duque de Borbón y de Vendôme, como jefe de la Casa de Borbón (1537-1562); sin embargo, es más conocido por ser rey de Navarra por matrimonio (jure uxoris) junto a su esposa, Juana de Albret (1555-1562). Además de administrar los territorios de la Baja Navarra, fue soberano del Béarn y poseía a título de feudos el ducado de Albret, los condados de Foiz, Armagnac, Rodez, Bigorre, Périgord y varios vizcondados como el de Limoges, Lautrex o Tursan. Su actuación política se vio muy mediatizada por el clima de división religiosa en la Francia del siglo XVI; la corte de Antonio de Borbón y Juana de Albret se caracterizó por su apertura a las ideas calvinistas que, finalmente también acabarían por incidir en la vida conyugal de la pareja. Frente a una militancia religiosa mucho más evidente en el caso de Juana de Albret, Antonio de Borbón se mostró más pragmático en cuestiones religiosas. Es cierto que fue uno de los principales opositores a la poderosa familia de los Guisa, líderes de la Liga Católica, pero ese enfrentamiento tenía que ver más con la influencia política que ejercieron los primeros, muy especialmente durante el reinado de Francisco II, que a divergencias en materia religiosa. Así, cuando Felipe II le ofreció recuperar parte de su influencia territorial se comprometió con el Rey Católico a acabar con la influencia calvinista en la corte navarra lo que condujo a la expulsión de su esposa de la misma. Falleció a causa de las heridas recibidas en el cerco a la ciudad de Ruán junto a las tropas católicas.