Pujante monasterio de la Edad Media que tuvo gran actividad y sufrió destrozos con el paso de Almanzor hacia Santiago de Compostela. El nombre por el que aparece en las donaciones es el de San Miguel de Castro de Camarzana, corriente del río Tera, y siempre muy unido al de Santa Marta de Camarzana (según tesis de Augusto Quintana Prieto, se trata del mismo monasterio, también llamado de Santa María). Era dependiente de la Iglesia de Astorga y se conoce que fue abad de este monasterio don Ecta.

A pesar de las incursiones de Almanzor, no fue abandonado hasta 30 años más adelante ya que se sigue teniendo constancia de donaciones.

Lo más relevante del monasterio es su scriptorium, dirigido por Emeterio (autor del Beato de Girona). Emeterio fue discípulo de Magius, maestro iluminador en el Monasterio de San Salvador de Tábara. En este monasterio estuvo una larga temporada formándose. Cuando volvió a San Miguel, puso en práctica lo aprendido y creó un importante scriptorium, relevante en su época. Con él trabajaron la monja Ende y Senior. También fue discípulo suyo Sampiro.