Cargo palatino. Era el puesto más preeminente dentro de la servidumbre femenina de la Reina y otras mujeres de la Familia Real, y a su cargo estaban las criadas de la cámara. La Casa de la Reina aparece delineada de manera bastante difusa en las Partidas Alfonsinas mencionando la cámara, donde "andan muchas dueñas y doncellas". El cargo de camarera mayor, esto es, el de una mujer de cierta edad que no sólo controla a esas mujeres sino que acompaña y tutela a la consorte regia irá haciéndose una realidad durante el periodo bajo- medieval. En muchos casos el puesto estará ocupado por las mujeres de cortesanos de confianza dentro de la propia servidumbre regia. Será ya con la llegada de los Habsburgo, cuando el cargo vaya definiéndose de manera más evidente. La normativización del mismo se produjo durante el reinado de Felipe II; con motivo de su cuarto matrimonio, el soberano ordenó la redacción de unas "Etiquetas para la Casa de la Reina" que fueron finalizadas en 1575. En ellas se definían los cargos que componían la Casa de la Reina, sus funciones y los gajes percibidos. Se confirma la preeminencia de la camarera mayor dentro del conjunto de la servidumbre femenina, si bien supeditada a la autoridad del mayordomo mayor de la Casa, y se definen sus competencias. Estas incluían el acompañamiento diario de la reina, el control sobre su vestuario y la vigilancia sobre el resto de las mujeres de la Cámara y el servicio de la Consorte. Para asistirla en sus funciones la camarera contaba con otros cargos de importancia como las dueñas de honor y la guarda mayor de damas. Este texto tuvo una vigencia extraordinaria, ya que, independientemente de la reforma que se hizo en tiempos de Felipe IV, permaneció como guía fundamental para el gobierno de la Casa de la Reina, incluso con el cambio de dinastía. Si bien es cierto que la llegada al trono de Felipe V hizo pensar a su entorno en una reforma del ceremonial palatino, finalmente no se llevaron a cabo cambios de calado a nivel estructural o normativo, aunque sí que se introdujeron modificaciones en las formas y en la manera de afrontar esta etiqueta. Sería ya con la Monarquía isabelina cuando se elaborase un nuevo texto para el gobierno de la Casa Real. En 1838 se publicó el Reglamento de la Camarería Mayor que reglamentaba el personal femenino de la Casa y que fue retocado en 1848. El cargo desapareció definitivamente en 1931 con la salida de Alfonso XIII de España y la llegada de la II República.

Ocupado a lo largo de los siglos por mujeres pertenecientes a los principales linajes nobiliarios españoles, fue una plataforma evidente para el ejercicio del poder e influencia femeninos en la Corte.