Fotógrafo español.

Pertenece a la saga conocida como Casa Rodríguez en Toledo. Junto con sus hermanos hereda el estudio de su padre Eugenio Rodríguez, situado en al calle comercio 22 de Toledo, tras su muerte en 1938. Durante la Guerra Civil fueron detenidos y puestos más tarde en libertad, trasladándose a Ugena, de donde eran naturales, hasta la entrada en Toledo de las tropas franquistas. Con el nuevo régimen, el negocio conoció su época de mayor prosperidad, pero a partir de los años 50 inició su decadencia, motivada fundamentalmente por falta de adaptación a las nuevas técnicas fotográficas.

Pablo comenzó a trabajar desde muy joven como fotógrafo y, manteniendo la tradicional relación familiar con el mundo militar, realizó sus primeras fotografías a los cadetes de la Academia de Infantería en el campamento de los Alijares; hasta allí se desplazaba en su bicicleta Smith Premier y solía terminar, entre el esparto y el polvo de las lomas toledanas, compartiendo el rancho del día con la tropa.

Muy pronto empezó a conocérsele en aquel ambiente con el sobrenombre de "Campúa". Hacía 1915-escribe López Mondéjar-era ya el más destacado fotógrafo de Toledo no solo por la calidad de su trabajo, sino por su extraordinaria capacidad para encontrar temas de interés. Conocidas son sus series de Lagartera realizadas hacia 1915 y los cientos de fotografías publicadas en la prensa regional de la época, especialmente en las revistas "Toledo" y "Vida Manchega".

Su indudable inquietud artística y cultural le hizo entrar en contacto, antes de la guerra civil, con personalidades de la vida toledana como Gregorio Marañón.

Formó parte igualmente de grupos de teatro aficionado y del " I Comité de Relaciones Internacionales" que estableció el hermanamiento de la ciudad del Tajo con el Toledo, americano de Ohio, actividad esta que propulsó y desarrolló con verdadera entrega personal hasta sus últimos días.

Fue Pablo quien realizó el reportaje de la declaración del estado de guerra en Toledo el día 21 de julio de 1936. Poco después hubo de refugiarse con su familia en Ugena hasta pasar a la zona nacionalista a través del Cedillo del Condado.

Moriría sólo dos años más tarde que su hermano Pepe, el 22 de abril de 1975. Estaba casado con Julia Álvarez, de San Martín de Pusa. De los cinco hijos que tuvo el matrimonio, ninguno se dedicó a la fotografía.