Considerado uno de los maestros rejeros más importantes del siglo XVI, aunque siempre se definió a sí mismo como pintor, destacando entre sus muchas actividades la que era socialmente la más estimada. Fabricante de esferas y globos terráqueos. Dorador y estofador.

Según Amelia Gallego pertenecía a una familia de artistas originaria de Aragón, de donde probablemente era natural. Mantendrá una especial y continua relación con su sobrino, Juan Bautista Celma, dedicado también al arte de la rejería en Galicia y Asturias.

Vecino de Valladolid, ciudad en la que aparece asentado definitivamente en los años cincuenta del siglo XVI. Su casa y taller estaban situados en la plaza de la Rinconada, y contaba con la confianza de la comunidad del Monasterio de San Benito el Real, para la que ejecutó varios trabajos, entre ellos la gran reja de la iglesia y la policromía del retablo de San Juan Bautista para la capilla de los Villafañe, obra que realizó sobre la escultura de Juan de Juni e Inocencio Beruguete. Conocemos la fecha de su nacimiento por su declaración a favor de los monjes en un proceso por la venta ilegal de vino contra Alonso Berruguete, quien llevaba a censo una de las casas propiedad de los benedictinos. Era propietario también de unas casas en el barrio de San Pedro.

Contrató obras en Orense y Santiago, y probablemente sería, según Amelia Gallego, quien puso en contacto a su sobrino con el cabildo de Compostela para la ejecución de los púlpitos de la catedral. Trabajó también en obras de pintura, estofado y rejería en Aldeamayor de San Martín, Becerril de Campos, Villagarcía de Campos, Medina del Campo, Alcalá de Henares, alavera de la Reina y León.

En 1555 realizó por encargo del cosmógrafo mayor Alonso de Santa Cruz 6 globos terráqueos, cuyo pago reclamó judicialmente ante la Real Chancillería de Valladolid.

Murió en la ciudad de Zaragoza en septiembre de 1578, donde se había trasladado para la colocación de la reja de la Iglesia de Nuestra Señora del Pilar, tras cumplir la ejecución de dicho encargo. Su discípulo Diego de Roa, solicitó el inventario de los bienes de Juan Tomás, que se llevó a término en Valladolid el 30 de septiembre de 1578, en el que figuran, entre otros objetos interesantes, distintos materiales cartográficos.