Alexander Calder fue el único artista no español que contribuyó con una de sus obras en la muestra de arte del pabellón de España en la Exposición Internacional de París de 1937.

Fuente de mercurio pretendía destacar los aspectos económicos de la guerra civil, en el momento en que las minas de mercurio de Almadén estaban siendo hostigadas por el bando nacionalista.

La estructura de la obra se levantó sobre un foso de mercurio de 220 cm. El metal líquido brotaba del centro del estanque y circulaba a través de tres bandejas metálicas que recogían el mercurio y lo conducían finalmente al depósito. Un doble arco de acero, que recorría de lado a lado el estanque circular, sostenía un móvil metálico con forma de paleta que vibraba por el movimiento provocado por la caída del mercurio. Este móvil incluía un gran círculo rojo móvil, y en la parte superior el texto "Almadén" escrito en alambre de cobre.