Marino y proyectista de origen italiano. Comandante de la expedición política y científica a América y Oceanía (1789- 1794).

Miembro de una familia aristocrática italiana, fue hijo de Carlo Morello y Caterina Meli Lupi de Soragna. En 1762 se trasladó con su familia a Palermo donde inició estudios en el Colegio Carolino de Nobles. Tres años más tarde estaba en Roma inscrito como alumno en el Colegio Clementino donde permaneció hasta 1773. Fue caballero de la Orden de Malta en la Valeta.

En 1774 se asentó como guardiamarina de la Real Armada en Cádiz y tuvo sus primeros destinos. En Cartagena entabló conocimiento con José de Mazarredo; estuvo presente en el socorro a Melilla y participó en una expedición a Cavite. Durante estos años fue ascendiendo en el escalafón hasta llegar a capitán de fragata. En 1784 inició el Curso de Estudios Mayores, que se había implantado en 1783, completando su formación científica y militar hasta 1786. Dos años más tarde, y junto a José de Bustamante y Guerra, elevó un memorial al rey para la puesta en marcha de una expedición geográfica y científica y que supusiese también una puesta al día del conocimiento sobre las defensas del territorio americano y los espacios fronterizos con la colonia penal británica de Australia. Aprobado el proyecto, ambos marinos se pudieron al frente de la que se conoció como Expedición Malaspina y que se extendió entre 1789 y 1794. A ella concurrieron hidrógrafos como Felipe Bauzá, José Espinosa, Dionisio Alcalá- Galiano y naturalistas como Antonio Pineda, Louis Née o Tadeo Haenke. Tras recorrer la costa americana desde el Cabo de Hornos a Alaska, y las del Pacífico desde Nueva Zelanda, pasando por Australia y llegando a Filipinas la expedición llegó a Cádiz en 1784. El material recopilado y que incluía levantamientos cartográficos, estudios etnográficos y de historia natural más otro tipo de informes, constituye el germen del Depósito Hidrográfico, antecedente del Museo Naval de Madrid.

No obstante la importancia del evento, la situación de Malaspina a su vuelta a España se tornó crítica. A instancias de Godoy fue procesado y condenado a raíz de las opiniones políticas que había desarrollado en sus escritos sobre los cambios que había que implementar en la relación entre España y los territorios americanos. En 1796 fue condenado a diez años de prisión en la cárcel de San Antón de la Coruña. No obstante, en 1803 fue liberado a instancias de Melzi d'Eril y volvió a Italia donde murió.