Persona
Larra, Baldomera de (1833-1915)Otras formas
Madrid (España) 1833 - La Habana 1915
Hija menor del escritor romántico Mariano José de Larra y de su esposa Josefa Wetoret. Baldomera tenía cuatro años cuando su padre se quitó la vida por un desengaño amoroso. Su madre Josefa había tenido un breve e infeliz matrimonio con Mariano José del que nacieron otros dos hijos, Luis Mariano y Adela de Larra, ésta última amante del rey Amadeo I de Saboya.
Se casó con el médico sevillano Carlos Montemar Moraleda, médico real de Amadeo de Saboya. La vida del matrimonio fue desahogada hasta la llegada del rey Alfonso XII al trono de España. Así, con la Restauración Borbónica en 1874, Montemar, que era afrancesado, se marchó a América, mientras que Baldomera y sus tres hijos se quedaron en Madrid. Su precaria situación económica se hizo dramática cuando uno de sus hijos enfermó. Sin fondos para afrontar el tratamiento acudió a distintos prestamistas y a algunos de ellos les pagaba con los préstamos que recibía de otros. Según otras versiones, el negocio de Baldomera comenzó cuando le pidió a una vecina una onza de oro con la promesa de devolverle el doble en un mes. Cumplió y otros conocidos empezaron a entregarle dinero.
La noticia de que Baldomera de Larra multiplicaba los reales corrió de boca en boca. Así surgió la Caja de Imposiciones, que llegó a pagar un interés del 30% mensual, por lo que ante su oficina se formaban largas colas.
Los clientes eran en su mayoría pequeños inversores, gente modesta. Según las cifras que constan en la causa, citadas en un trabajo de la procuradora Mercedes Albi, llegó a haber un total de 5.322 clientes que depositaron un capital de 18.894.053 reales de vellón (unos 30.000 euros). En diciembre de 1876 comenzaron a circular rumores sobre su falta de solvencia y Baldomera se dio a la fuga. Al cabo de los meses fue detenida en París bajo una identidad falsa y llevada a Madrid. En mayo de 1879 fue condenada a seis años de prisión por alzamiento de bienes, fallo que confirmó la Audiencia. Anunció un recurso de casación, pero enferma y en la cárcel, desistió de él. El asunto llegó al Tribunal Supremo de la mano del defensor de Saturnino Isiegas, secretario de Baldomera, condenado como cómplice.
El abogado Felipe Aguilera sostuvo que la mujer no pudo cometer el delito porque, al ser casada, carecía de la capacidad legal de contratar y obligarse: 'Al actuar sin autorización de su marido, no adquirió obligación legítima'. De esta forma, los contratos de préstamo eran nulos y no podía hablarse de alzamiento de bienes. La sentencia, dictada el 1 de febrero de 1881, absolvió tanto a Baldomera y fue puesta en libertad.
Causas de la Audiencia Provincial de Madrid