Historiador, arqueólogo, numismático, epigrafista y conservador de museos español.

Nació el 17 de febrero de 1900 en Zaragoza y murió el 11 de mayo de 1975 en Madrid. Fue hijo del general de artillería, Ricardo de Navascués de Gante, y de María del Pilar de Juan del Olmo.

Estudió en la Universidad de Zaragoza la carrera de Derecho, sin finalizarla y Filosofía y Letras (sección Historia) en la que se licenció en 1919. En el curso 1919-1920 estudió en la Facultad de Filosofía y Letras de Madrid. En 1921 fue llamado a filas y presto el servicio militar en Zaragoza. Lo que no le impidió prepararse para la oposición al Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos que había sido convocada por Real Orden de 24 de diciembre de 1920.

En 1921 entró a formar parte del Cuerpo de Archivos, Bibliotecas y Museos destinado al Museo Arqueológico de Córdoba, del que fue director. En 1923 se casó en con María del Pilar de Palacio de Azara, con la que tuvo varios hijos, de los que algunos se han dedicado a la historia, como Javier de Navascués, Jorge de Navascués y Pedro de Navascués.

En 1923 y 1924 participó en las excavaciones de Medinat al-Zahara, de las que redactó la memoria. Participó en instituciones locales, como la Comisión Provincial de Monumentos, la Sociedad Cordobesa de Arqueología y Excursiones, de la que fue secretario, o la Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba, de la que, en 1924, fue elegido académico de número.

En 1926 se trasladó a Zaragoza como profesor auxiliar de Paleografía y Diplomática de la Universidad, hasta 1928, que se fue a Tarragona, como director del Museo Arqueológico. En 1930 solicitó el traslado a Madrid y fue nombrado conservador del Museo Arqueológico Nacional, colaborando en el nuevo proyecto museográfico iniciado en 1933. En 1930 viajó con Emilio Camps Cazorla y Blas Taracena por Italia y Francia, pensionado por el Cuerpo de Archivos, En 1931 ingresó en la sección de Arqueología y Arte Medieval del Centro de Estudios Históricos que dirigía Manuel Gómez Moreno, con quien en 1932 viajó por el Marruecos y colaboró en los trabajos del Fichero Artístico y Monumentos Españoles. En 1932 comenzó a trabajar en el estudio de la epigrafía latina hispana y a reunir materiales sobre el tema, que fue futuro campo de investigación. Entre 1931 y 1932 excavo el Castro Los Castillejos en Ávila. Intervino en las Misiones de arte organizadas, por el Centro de Estudios Históricos y formó parte de la Junta Asesora de la Ley de Patrimonio Artístico Nacional de 1933.

Tras estallar la Guerra civil fue detenido y estuvo en la cárcel de Modelo y después en la de Ventas. En enero de 1937 salió de la cárcel y se dirigió a Zaragoza, allí en 1938 se incorporó al Servicio de Defensa del Patrimonio Artístico Nacional. Tras la guerra se incorporó a su puesto en el MAN, se mantuvo en el Servicio de Defensa del Patrimonio Artístico Nacional y participó en la operación de canje de piezas (la Dama de Elche, los relieves de Osuna, el tesoro de Guarrazar, etc.) con el gobierno francés. En 1940 organizó una exposición resumida de sus colecciones, y en 1941 la Exposición de orfebrería y ropas de culto. Arte español de los siglos XV al XIX. Colaboró con Blas Taracena, director del Museo Arqueológico Nacional, en la restauración del museo y en la revisión de los fondos almacenados de modo precario, además de dar entrada al Museo de América en el mismo edificio.

En 1940 fue nombrado Inspector General de Museos Arqueológicos, impulsó la reparación de los museos arqueológicos españoles dañados durante la Guerra Civil. En 1942 elaboró las Instrucciones para la redacción del inventario general, catálogos y registros en los museos servidos por el Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos. En 1951 creó, dentro del CSIC, el Instituto Antonio Agustín de Numismática, y fundó al poco una revista, Numario Hispánico.

En 1949 se doctoro en la Universidad Central de Madrid con una tesis sobre los Epígrafes cristianos latinos de Mérida, dirigida por con Manuel Gómez-Moreno. En 1950 consiguió la Cátedra de Epigrafía y Numismática de la Universidad Central, que desempeñó hasta su jubilación. Propuesto por Manuel Gómez Moreno, Francisco Javier Sánchez Cantón y Miguel Gómez del Campillo, ingresó en la Real Academia de la Historia (RAH) en 1950 y tomó posesión en enero de 1953 con un discurso sobre El concepto de la Epigrafía, consideraciones sobre la necesidad de su ampliación.

En 1952 fue nombrado director del Museo Arqueológico Nacional por concurso de méritos y logró abrir nuevamente el Museo al público en 1954. En 1953 fue elegido presidente de la Asociación Nacional de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos (ANABA). En 1958 ingresó como miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, con un discurso sobre Aportaciones a la Museografía española. En 1967 dejó de ser director del Museo Arqueológico Nacional y pasó a ser presidente del Patronato del Museo Arqueológico Nacional hasta 1970.

Fue además correspondiente de Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis de Zaragoza (1933), del Instituto de Estudios Ilerdenses (1942), de la Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría (1943), condecorado con la Medalla de los Sitios de Zaragoza y la Encomienda con placa de la Orden de Alfonso X el Sabio. Entre sus distinciones cabe señalar también la de gran canciller de la Academia Internacional de la Cerámica (1953); correspondiente de la Academia Colombiana de la Historia; miembro del Instituto Arqueológico Alemán; de la Royal Numismatic Society; de la Hispanic Society of New York.