Colegio jesuita fundado en Durango (Nuevo México). En el año 1593, a petición del gobernador Rodrigo del Río Losa, llegaba el jesuita Martín Peláez a Durango. La ventajosa posición de esta población, entonces conocida como Guadiana, permitía a los jesuitas iniciar desde allí las misiones de Sinaloa, Parras y Tepehuanes, lo que permitió que se crease una Residencia en esa ciudad. Para ello, tanto el gobernador como los vecinos ofrecieron a la Orden una donación y unas casas para el establecimiento de la residencia que fue autorizada por el general en 1595. Al año siguiente, se trasladaron los primeros padres, Arnaya y Jerónimo Ramírez, y se creó una escuela.

En 1632 recibieron nuevas donaciones que permitieron introducir estudios de gramática y transformar la residencia en Colegio. En el Catálogo de los bienes de la provincia de México realizado el 16 de diciembre de 1653 por Diego de Molina, el Colegio de Guadiana aparece compuesto por "cuatro sacerdotes, de los cuales uno enseña gramática, y un coadjutor que enseña a leer y escribir". Se impartían cursos de Filosofía, Teología y Escolástica.

En 1714, viendo el obispo Pedro Tapiz que el Seminario que se había fundado en Durango en 1705 con la misión de tener un clero diocesano propio no funcionaba correctamente, solicitó al monarca que el Seminario fuera unido al Colegio de los Jesuitas. De este modo, la licencia fue concedida y el Seminario quedó unido al antiguo Colegio jesuita.