El Monasterio de Santa María de Matallana fue fundado por Tello Pérez de Meneses y su mujer Gontroda en diciembre de 1185. Al poco tiempo, el rey Alfonso VIII de Castilla confirmó la fundación y asumió la protección del monasterio. Estaba ubicado en unos dominios que habían pertenecido a la Orden del Hospital de San Juan de Jerusalén y que el monarca había cedido a Pérez de Meneses en 1181. Los primeros monjes procedían del monasterio francés de La Crête. El edificio se terminó en el siglo XIII. Los restos de su primer abad, Robert, se convirtieron en objeto de culto.

El monasterio se unió a la Congregación de Castilla en 1515. El edificio se amplió a mediados del siglo XVI con una cerca de piedra y a finales de ese siglo con un segundo claustro y una hospedería. El monasterio disponía de grandes viñedos cultivados por los propios monjes.

La Guerra de la Independencia (1808-1814) interrumpió la vida del monasterio. Las tropas francesas saquearon el edificio. Posteriormente, el monasterio fue suprimido a causa del Real Decreto de 18 de agosto de 1809 disponiendo que todas las órdenes regulares, monacales, mendicantes y clericales existentes en los dominios de España quedasen suprimidas. Los monjes restablecieron el monasterio después del conflicto.

El monasterio fue cerrado durante el Trienio Liberal (1820-1823) debido a la supresión de las órdenes monásticas por la Ley sobre monasterios y conventos de 25 de octubre de 1820. Fue suprimido definitivamente por los decretos de exclaustración de 1835.