Institución
Monasterio de San Plácido de Madrid (España)Otras formas
desde 1623 hasta 1908
Jerónimo de Villanueva, secretario y consejero del rey Felipe IV, fundó un monasterio en Madrid para que su antigua prometida, Teresa Valle de la Cerda, pudiera tomar los hábitos según su propio deseo. Ella misma fue donante para el convento ayudando a comprar, junto con el fundador, una manzana de casas en las calles San Roque, Pez y de la Madera en pleno centro de Madrid. Sería a mediados del siglo cuando se inician las obras bajo plano y diseño del afamado arquitecto agustino Fray Lorenzo de Nicolás.
Al inaugurarse se instalan en la casa treinta religiosas benedictinas bajo la advocación inicial de la Encarnación Benita. Será con los años cuando pasarán a ser conocidas como San Plácido.
Desde el principio contaron con la importantes protectores como el rey Felipe IV o el arzobispo Luis Fernández de Córdoba.
En la historia del convento ha habido escándalos que incluso originaron procesos y juicios con la Santa Inquisición. Durante estos primeros años saldrían siempre bien paradas gracias al poder e influencia del fundador.
El convento llegó a poseer una impotantísima colección de obras de arte entre las que destacan frescos hechos por Francisco Ricci, una Anunciación de Pablo Coello o, incluso, el Cristo Crucificado de Velazquez que se conserva actualmente en el Museo del Prado.
Ya en el siglo XX el convento se vio afectado por la Guerra Civil. Las monjas fueron desalojadas y el edificio se utilizó como cárcel de mujeres. Los daños que sufrió la casa fueron enormes. Hubo desprendimientos causados por los bombardeos sobre la ciudad y llegaron a arrancarse las puertas y ventanas para usarse como leña.
Tras el fin de la guerra las monjas pudieron volver al convento y ellas mismas se ocuparon de restaurar lo más posible el edificio para subsanar los daños mayores.
En esas condiciones pasarían cuarenta años más. Ya en 1908, el Ayuntamiento de Madrid decide derribar el edificio. En el solar que quedó construyeron el Coliseo Ena Victoria, una sala de proyecciones que desaparecía dos años después a causa de un incendio. Con todo esto, en 1913 se proyecta la construcción de un nuevo convento en el mismo solar. Este es el que aún perdura y en el que reside una pequeña comunidad de monjas benedictinas de clausura.
CASTELLANO HUERTA, María Agueda. El convento de San Plácido. Historia, arte y leyenda en el corazón de Madrid. La Librería. Madrid, 2003.
PARES: CÓDIGO ES.28079.AHN/3.1.3.3.21//
ALDEA VAQUERO, Quintín; MARÍN MARTÍNEZ, Tomás; VIVES GATELL, José. Diccionario de Historia Eclesiástica de España. Tomo III. Instituto Enrique Flórez. Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Madrid, 1973.