Institución
Congregación de San Benito de Valladolid (España)Otras formas
desde 1500 hasta 1835
La orden benedictina fue fundada por San Benito de Nursia en el siglo VI, estableciendo la primera comunidad en la abadía de Montecasino. Sus miembros se comprometían a cumplir los votos de pobreza, castidad, obediencia y trabajo en sus todas sus actividades. Durante la Alta Edad Media los monasterios benedictinos se convirtieron en núcleos de poder político, económico e intelectual hasta que a finales del siglo X se producen los primeros síntomas de crisis, que desembocan en la primera reforma de la Orden, promovida desde el monasterio francés de Cluny.
En España la expansión de monasterios benedictinos se produce tras la reforma cluniacense, una etapa en la que surgen importantes comunidades como la de Ripoll, San Millán de la Cogolla, Silos o Sahagún. El periodo de apogeo llega hasta los siglos XII y XIII, momento en el que se observa una clara disminución en el número de fundaciones y donaciones. En el siglo XIV la decadencia se ve agravada por la relajación en los centros de las costumbres y votos propios de la orden lo que provocó una nueva reforma que demandaba volver a los ideales de austeridad, pobreza y trabajo.
En este contexto se produce la inauguración del monasterio de San Benito de Valladolid, en 1390. La fundación del monasterio vallisoletano, futura cabecera de la Congregación de Observancia del mismo nombre, fue promovida por el segundo representante de la dinastía de los Trastamara Juan I de Castilla, un monarca profundamente comprometido a impulsar la reforma del clero.
Encargado de liderar la reforma benedictina en el reino castellano, los primeros años de este monasterio no serán fáciles y la reforma pretendida se desarrolla lentamente a lo largo de todo el siglo XV. El objetivo era promover un cambio en las costumbres de los religiosos, basándose en la Observancia de las reglas primitivas, pero al mismo tiempo fue una iniciativa dirigida a crear una gran congregación capaz de agrupar a su alrededor una importante cantidad de monasterios y controlar así los bienes y rentas de los cenobios.
El impulso de la reforma se pudo observar sobre todo en las dos últimas décadas del siglo XV, un periodo en el que se producen buena parte de las incorporaciones de centros benedictinos hacia la comunidad de San Benito de Valladolid. Con la llegada al trono de los Reyes Católicos los programas de reforma eclesiástica alcanzan su punto álgido, estableciendo una estrecha relación entre Iglesia y Monarquía y continuando con la política de unión de los monasterios castellanos al de Valladolid.
La denominación como Congregación de San Benito de Valladolid con pleno derecho tiene su base legal en la bula papal de Alejandro VI, fechada en diciembre de 1497, donde se aprueba lo determinado en el Capítulo General por la Observancia de Valladolid y se ponen las bases para organizarse como Congregación. No obstante, la fecha oficial de creación que tradicionalmente admiten las fuentes es el año 1500, cuando la mayoría de los monasterios aprueban la bula y se redactan las Constituciones.
Desde ese momento al Superior de Valladolid se le concedía el título de Abad del Monasterio. El primero de ellos fue fray Pedro de Nájera, designado como reformador general de las comunidades benedictinas por los Reyes Católicos, hasta que dejó el cargo en 1509. La figura del Abad del Monasterio ostentaba a la vez el título de General de la Congregación, hasta que en 1670 ambos cargos quedaron independizados.
El mayor esplendor de la Observancia y de la Congragación de Valladolid se dio desde el siglo XV hasta mediados del siglo XVII. Posteriormente llegó la etapa de decadencia que duró hasta el siglo XIX cuando llegaron las leyes de Desamortización y la desaparición de una gran cantidad de monasterios en toda España. En Valladolid el último abad fue José Porto Marín y Losada que vio como la relajación de las costumbres propias de la orden y las leyes desamortizadoras desembocaron en la exclaustración de los monjes del monasterio y la consecuente desaparición de la Congregación de San Benito de Valladolid.
Real Decreto de 25 de julio de 1835 suprimiendo los monasterios y conventos de religiosos que no tengan 12 individuos profesos, de los cuales las dos terceras partes a lo menos sean de coro. Gaceta de Madrid núm. 211, de 29 de julio de 1835, páginas 841 a 842.
Real Decreto de 11 de octubre de 1835 suprimiendo los monacales. Gaceta de Madrid núm. 292, de 14 de octubre de 1835, página 1157.
MARTÍNEZ RUIZ, Enrique (Dir.): Diccionario de Historia Moderna de España. La Iglesia. Madrid: Editorial Istmo, 1998.