Ubicado en la Ajería, tiene su origen en un beaterio establecido en las casas conocidas como Corral de los Cárdenas, donadas en 1454 por Catalina López Morales (Viuda de Juan Pérez de Cárdenas), quien también vivía en ella. Por bula papal de Paulo II, dada el 16 de septiembre de 1464 el beaterio pasa a ser convento de monjas jerónimas. El proceso concluiría en 1468 con la aprobación y la fundación de este cenobio por el obispo D. Pedro de Solier

Tan solo dos años después de la bula papal recibe otra importante donación, la casa-palacio de María Carrillo (Viuda de Lope de Angulo) la Casa del Agua. . La duración de las obras comprende entre 1469 y 1510 aproximadamente, coordinándolas a finales de siglo Gonzalo Rodríguez y continuadas con el cambio de centuria por su hijo Hernán Ruiz I. Es en 1510 cuando las mujeres que lo habitaban solicitan Pedro de Córdoba (Prior General de la Orden Jerónima) su anexión a la rama femenina, siendo de las primeras comunidades en hacerlo. Las constituciones de la comunidad se confirman por el obispo de Córdoba en 1525 (a quien corresponde la portada entre otros elementos).

Los dominicos de San Pablo protestaron por la situación del convento e interpusieron un pleito, el cual perdieron, en 1470.

El 21 de abril de 1754 la comunidad en pleno (lo cual hace este caso singular) va a ser admitida en la cofradía penitencial la Hermandad del Rosario a propuesta del hermano mayor Antonio Gómez de Aguilar.

En 1951 recibieron a la comunidad de la Visitación, de su misma orden, procedente de Toledo.

Las muestras de arte mudéjar son claramente visibles en el llamado claustro del cinamomo (originariamente, patio principal de la Casa del Agua), así como en las estancias situadas a su alrededor.