Saturnino Calleja Fernández, editor, pedagogo y escritor español.

A los 15 años se trasladó a Madrid, donde, aunque no completó sus estudios de secundaria, se formó en la industria del libro gracias a su tío, el impresor Agustín Sáenz de Jubera. En 1876, su padre, Fernando Calleja, abrió una librería y taller de encuadernación en Madrid. Tres años después, en 1879, Saturnino se hizo cargo del negocio, renombrándolo como Casa Editorial Saturnino Calleja Fernández, consolidándose como editor.

Calleja se casó en 1885 con Isabel Gutiérrez, con quien tuvo cuatro hijos. Dos de ellos, Rafael y Saturnino, continuaron el legado editorial tras su fallecimiento. Bajo su dirección, la editorial se especializó en la publicación de libros infantiles y escolares, convirtiéndose en una de las principales editoriales de España en este campo. Además de textos religiosos, su mayor éxito fueron los célebres "Cuentos de Calleja", publicados desde 1884, escritos por autores anónimos, y en algunos casos, por el propio Saturnino Calleja. Estos cuentos, distribuidos en colecciones populares, hicieron famosa la expresión "tener más cuento que Calleja", que fue incluida en el Diccionario de la Real Academia Española.

Calleja también escribió diversos libros escolares sobre temas como Geografía, Aritmética e Historia de España. Su enfoque regeneracionista lo llevó a promover una reforma en el sistema educativo español, especialmente en la educación primaria. En 1890, publicó Datos sobre las deudas de la primera enseñanza, donde denunciaba la precaria situación de las escuelas, lo que desató un intenso debate en las Cortes y lo enfrentó a sectores conservadores. Al año siguiente, fundó la Asociación Nacional del Magisterio Español, como parte de su esfuerzo por modernizar la pedagogía en España.

Además de su faceta como editor y pedagogo, Calleja fundó en 1884 La Ilustración de España, un periódico dedicado a la defensa de los intereses del magisterio, que dirigió hasta 1888. En 1904, asumió la presidencia de la Asociación de la Librería, que agrupaba a diversos actores del mundo del libro. También fue elegido diputado. Su labor en la educación fue reconocida con el nombramiento de Comendador de la Real Orden de Isabel la Católica por sus méritos en la enseñanza.

Calleja, que alcanzó gran popularidad y dejó una huella profunda en la educación y la literatura infantil en España, falleció en Madrid en 1915.